Ser la mujer que ames (traducción)

Podés decir cosas como “vos me entendés” y yo voy a sonreír y asentir y el sonido va a recorrerme. Voy a captar la idea general y quizás conectemos. Estamos juntos solos por una razón. Podés decirme que soy perfecta y voy a sonreír y vos quizás te quedes o no mirando mi iris y es posible que comience a parecerse a la superficie de otro planeta o incluso una nebulosa, si a eso te lleva. O quizás no. No lo voy a saber a menos que me lo digas. Decímelo así puedo captar la idea general y sonreír y asentir y podemos estar ahí. Estamos aquí juntos solos por una razón, después de todo. Recuerdos del amor o de la falta de amor viajarán a través tuyo ante el sonido de la palabra que acabo de pronunciar, anclados en la mirada más pesada que podrías soportar. Cuanto más peso vamos ganando más tiempo pasamos acostados, tirados hacia abajo por el peso de las palabras que compartimos, las pequeñas expresiones orales intercambiadas incesantemente durante horas. Así es como siempre intentamos salirnos de nosotros para meternos en el otro. He usado el lenguaje con precisión y de modo que comunicara un pensamiento abstracto antes. ¿Me sirvió de algo? No me siento ni remotamente calificada para aseverarlo.

“Dejaría o me uniría a los Beatles por vos”

Algunas personas van a Entenderte. Van a agarrarte, incluso, llevarte, y vas a entregarte. Vas a entregarte de buena gana a ellos, estas personas que te Quieren, porque vas a quererlo, más que ninguna otra cosa, supongo. Quizá te hagan cosas que nadie intentó antes e incluso más gente sucederá. Quizá críes a sus hijos y quizá les guardes rencor por eso mientras tu vida joven y divertida se desvanece rápidamente.

Lo que quiero decir es que vos podrías texturizarme. Yo podría desdibujarte. Podríamos pasar todo el fin de semana en mi casita del árbol. Podemos mezclarnos. Ya me derretí otras veces y no me dejó nada muy valioso. Una persona también puede desagotarse después de un tiempo. Lo he visto. Es tan simple como quedar abandonado en un estante o una mesa, alguien siempre viene y te limpia después de un tiempo. No podés culparlos por querer mantener su espacio ordenado y no estoy segura de qué otra manera uno lidia con un charco de baba. No, ya no quiero derretirme. Lo que estoy buscando es más bien una experiencia en mosaico. Quiero entretejerme, eso digo. Es un trabajo artesanal que podemos hacer en casa, dominarlo juntos a su debido tiempo, pero una vez que estás enganchado ya está, estás adentro. Estás unido.

Una vez vi a unos gatos salvajes copulando cuando vivía en una granja. Si no sabés cómo copulan los gatos, quizá sea porque los gatos caseros lo hacen en privado. Los gatos salvajes aparentemente no, lo hicieron ahí adelante nuestro mientras sus crías miraban desde el patio de atrás. Dato importante para entender esto es que el miembro del gato macho se puede comparar a las púas que salen en los estacionamientos para que no muevas el auto. Entra y se eriza y no hay vuelta atrás sin consecuencia. Los miré junto a sus gatitos y el gemido de la hembra fue creciendo de un suave ronroneo a un chillido furioso. Él terminó, ella mordió su oreja y eso fue todo. Un acto violento, sin duda, pero ¿qué acto no lo es?

¿Estás tan distanciado de lo que estás atravesando, de quién sos, que ni siquiera te das cuenta desde lo más profundo de tu ser de que toda interacción humana es política? ¿Sos tan superficial y estás tan perdido que eso te parece trágico? Si te pone triste, entonces te lo merecés. Es la vibración de tu puta alma colapsando sobre sí misma y tenés que luchar contra ello con todas tus fuerzas, un montón. Sí, estoy segura de que incluso cuando mi madre me cambiaba los pañales era político en un punto.

Trae consecuencias, “vos y yo”. Mi vecino me dijo “No puedo seguir siendo el tipo al pie de las escaleras con el ramo en la mano”. Yo tampoco, pero extraño lo terrible que se sentía. La realidad es que no sé quién era siete años atrás. Eso es lo bueno del dolor, no hace falta tomárselo personal. Puede crear una experiencia tan íntima como lo desees y podés contruir tus propias pirámides adentro tuyo. Hacé de tu sistema nervioso tu aliado, hacé a tus demonios tus esclavos, y podés amarme si querés. No es mi problema. Ghandi una vez le dijo a su mujer que no podía decirle que la amaba más que a ninguna otra persona porque no sería justo. Si te intriga y te estás preguntando como podés vos también ser un jugador, te voy a contar cómo.

Sé honestamente amable con la gente sin esperar nada a cambio, así entienden que tu energía emocional está libre, y gastala con libertad. Amá incondicionalmente hasta que te canses y pares. Esto es lo que a veces se llama “el engaño eterno” pero si vas a hacer algo bien tiene que hacerse consistentemente bien a lo largo del tiempo. Si podés convencer a una mujer para que se case con vos, imaginate lo que podrías conseguir que haga. Imaginate de qué te puede convencer ella a vos. Con el pasar del tiempo sus gustos en la cama se transformarán en esas expresiones de ansiedad y angustia en sus rostros cuando no saben si van a poder comprar todo lo que quieren en un negocio. ¿Vas a realizar inconcebibles actos de crueldad para proteger tu querido y adorado ego?

Wow, parece.

Pero, ¿y qué si no estuvieras aquí?

Lo que quiero decir es que no estás, y por eso es tan importante estar aquí, ahora.

Te diré que te amo si eso es lo que querés escuchar. Lo voy a decir en serio, si es lo que necesitás. No lo tomes como lo que parece. Podemos tener nuestro amor primero y nuestras construcciones después. Sabés que todo lo que hacemos es básicamente un intercambio de energía, ¿no? La gente trata a su energía de maneras distintas. Tenemos distintas expectativas de cuánto creemos que merecemos recibir y cuánto estamos dispuestos a dar y lo que quiero decir es que quiero dilucidarlo con vos.

(texto original: http://thoughtcatalog.com/2013/be-the-girl-you-loved/)

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